Para el doctor Piter, hay algo que hace valer la pena tanta añoranza. “No creo que se practique una medicina más justa en todo el mundo como la nuestra”, aseguró. “Una vez que eres de la Henry Reeve lo eres para siempre. Es un privilegio formar parte de un contingente que se distingue por su solidaridad y amor a la humanidad”, agregó el galeno.
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